Pasa algo. Allá adonde vaya, donde sea que viva, habrá siempre una ventana, que podré ver desde mi ventana, donde habrá una televisión encendida y el apoyabrazos de un sillón, con alguien adormeciéndose, al calor de la luz azulina de la televisión.
De chico, me gustaba eso de mirar las otras ventanas, porque fantaseaba un poco con “esas otras vidas”, completaba en mi imaginación lo que fuera que alli sucedia. Algunas se veían peor que la mía, en otras las vidas eran muy distintas, pero en todas había “algo”, un “algo” que en la mía no había y eso siempre me llamo la atención.
De esto hace mas de veinte años, el sentimiento cambio y yo cambie con el, pero la cosa sigue pasando. Veinte años después, aun sigo dando de cara con ventanas donde desconocidos se adormecen delante de una televisión, ventanas puestas para mostrarme “eso” a lo que no logro llegar y persigo.
Se que podría comprar una tele y un sofá y hasta dejarme crecer una panza, pero, también se, que no podría dar con “eso”, que pasa en las otras ventanas. Lo que pasa en las otras ventanas es para mi el secreto mejor guardado, el misterio verdadero de este mundo, eso es: la vida real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario