Supongo que,
La poesia vuelve,
porque vuelve el insomnio,
O, ¿era al reves?
Vuelve el insomnio,
porque vuelve la poesia.

Lo mismo uno camina por la casa en horas
En que deberia estar durmiendo
Que justo son las horas
en que menos dicen las casas,
Quizas algun mueble cruje,
y es algo,
Una canilla puede gotear,
Pero eso, ya es otra cosa,
La canilla que gotea es como un pozo
Que acaba con el pensamiento
del que no duerme.

Uno camina y fuma, si fuma,
Y especula, si especula,
Que si especula,
Con la hora, la distancias…
Algun otro imaginario,
algun otro igual…

Y hay una hora,
en que la moneda se lanza,
Se lanzo,
y cayo cara,
Y entonces, uno camina, si camina,
Por la casa, por una casa,
que puede no sea ni la nuestra,
Y recuerda, que en el bolso,
Esta el libro que le regalaron hoy
Y que ya tenia y que acepto
Para poder regalarlo a su vez,
Cuando haga falta, a quien lo precise.
Porque asi se da y se recibe la poesia.

Y entonces,
A vuelta de pagina,
vuelve la poesia,
Menudita, tristona,
Con su valijita de carton,
media vacia, media llena,
Tan poca cosa.

Pero vuelve…
Y es una alegria,
Y en sus manitos,
Tan delgaditas, ahora…
uno reencuentra el sonido
las palabras que alguna vez fueron moneda
símbolo y seña, martingala,
las palabras que quisimos y que odiamos
y que de tanto repetir a la larga vaciamos.

Pero ahora,
Hoy,
De pronto,
la poesia cobra pleno sentido,
En esto de hacerse adulto e ir aburriendose,
Mecánicamente, estupidamente,
Y de ir deshojando los misterios,
Como se dan vuelta las paginas de los diarios,
Uno encuentra que la poesia sigue viva,
Que la poesia sigue diciendo,
Solo que su voz cambio,
Y ahora dice otras cosas,
Y que descanso,
Volver a oir esa voz, suavecita…

Ahora, hoy,
la poesia vuelve como un igual,
Y uno vuelve a la poesia,
No como un igual,
Sino como uno menos,
Y vuelve,
no por la primera pagina,
Sino como siempre,
Por una pagina cualquiera,
Porque la poesia funciona, tambien,
Un poco como un horoscopo,
Uno abre un libro de poesia y lee…

Y entonces, vuelve la poesia,
Vuelve con sus cositas y sus mariconadas,
Pero vuelve, y es lindo que vuelva,
Es lindo que diga lo que tiene para decir.

La poesia vuelve,
En el momento justo,
Cuando el insomnio pega la vuelta
y ya es tarde de veras,
Y uno empieza a olvidar la pregunta que lo inicio,
Pero a su vez,
Entre tanta tonteria y deshora,
Y “tengo que fumar menos”,
Dio con la respuesta,
Dio con una respuesta,
Mejor dicho,
Y es una de esas,
Que no responden,
Sino mas bien,
que evidencian,
Es chiquita tambien,
Pero,
lo devuelve a uno a la cama,
con el pecho calentito,
que es,
como te deja la poesia.

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